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¿Dime cual es mi nombre?

EL SENTIMIENTO NO SE TERMINA

SOY UN REY ABEJA.DAME COBIJO.PASEMOS LA NOCHE JUNTOS.SOLO QUIERO HACER EL AMOR CONTIGO.QUE VERGUENZA.NO PUEDO OBTENER SATISFACCION. NO PUEDO SENTIRME SATISFECHO.SI NO PUEDES SACUDIRME.NO ME MIENTAS.PREFERIRIA ESTAR CON LOS CHICOS.ESCONDIDO DE LA NOCHE. CAMINANDO POR LA CIUDAD DORMIDA.

DIME.TODO SOBRE TI.ASI DE FUERTE ES MI AMOR.

EL STONE 22 TE ADORA !!



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Brian Jones : "Hagamos esto, veamos que pasa"

domingo, 21 de marzo de 2010

Anecdotas y Frases de Los Rolling Stones




1`
Si te gusta la música, y especialmente una de las bandas de rock’n roll mas grandes de todos los tiempos, te voy a contar un breve hecho que pinta un poco las personalidades de sus integrantes, especialmente la de 2 de ellos. Este leve incidente ocurrió en realidad, aunque el relato ¨literario¨ está personalizado a mi forma de escribir y de contar historias; así que puede existir una ligera variación de los sucesos tal cual existieron...
Una noche cualquiera en los frenéticos años 70. Los Stones se encuentran el un hotel, luego de un concierto en donde dejaron todo. Esta década para ellos es más que difícil, problemas pesados los acosan por doquier: se exceden en sus consumos de drogas duras, tienen conflictos con la policía por este tema, con la ley por el asunto de impuestos no abonados (en Inglaterra) por lo que deben cambiar la residencia a otro país, cambios de integrantes (guitarrista), rencillas internas por el lugar en la banda (debido a egos mas grandes que un transatlántico), etc. Justamente por esto último, orgullos y prejuicios debido a sus actitudes egoístas, se desató un serie de eventos (pero no tan desafortunados); unas diferencias que por suerte no terminaron siendo irreconciliables.
La habitación estaba colmada. Especialmente de mujeres desnudas teniendo sexo con cualquiera, obviamente si era un integrante del grupo, mejor. Al menos ese había sido el principal objetivo desde el comienzo para estas damas: acostarse con un Rolling Stone. El desorden reinaba, las sustancias ilegales corrían como pólvora y ya hacían mella en varias de las personas presentes, los cuales evidenciaban una notable y decadente ¨pasada de vuelta¨. El concierto de hace 2 horas atrás había salido redondo, la perfomance fue sucia y rockera, ¨perfecta¨. Quiza por ese motivo se planeó la desmedida celebración (en realidad aunque no haya nada que festejar, las partuzas se armaban igual). Se encontraban Mick, Keith, Bill y el nuevo integrante Ron (aunque pareciera ser un Stone mas desde los mismos inicios). Todos ellos estaban en su salsa, haciendo de las suyas, ocupados a diestra y siniestra con mujeres, whisky y drogas. Los demás hombres y mujeres presentes no hacen al caso nombrarlos, ni interesan.
En la mitad del festejo, Mick Jagger nota que está ausente Charlie Watts, el baterista del grupo. En un acto de alarde y tratando de ser el centro de atención siempre, comienza a llamarlo desesperadamente. Sus compañeros le dicen que se ha retirado a su habitación, sin explicarle el motivo. Charlie es el de personalidad mas tranquila, introvertida y sencilla del grupo. Pero no por eso es ningún santo ni ha dejado de disfrutar de las bondades de pertenecer a una banda de rock, y ya por casi 15 años de existencia en ese entonces. Quizás esa noche estaba cansado o no tenía ganas de participar. Entonces Mick decide que quiere tener entre sus filas a Charlie esa noche, desea que esté en la fiesta. Comienza a llamarlo por el teléfono de la suite al de la habitación de Charlie, previa comunicación con la Conserjería. Al décimo intento lo atiende Charlie, totalmente dormido, y ante el pedido del vocalista de ir a la fiesta, éste le responde que está ¨destruído¨y no puede concurrir, realmente no estaba de ánimo y se sentía un poco mal. No satisfecho con dicha respuesta, Mick decide seguir molestando a Charlie en lugar de disfrutar él de la velada; su forma de ser ya pasa a ser tonta y hasta grosera. Después de varios intentos mas al intercomunicador, se dá esta conversación.
M* ¿Dónde está mi pequeño baterista? Le ordeno que se presente en la fiesta, yo soy el líder del grupo y me tiene que obedecer. Al cabo no eres mas que un simple baterista...
Realmente una actitud muy creída, un ego enorme envuelve a Mick a punto de creerse realmente ser el ¨dueño¨ de la banda. Es el frontman, es mas visible, pero el grupo se compone de 5 partes iguales aunque con distintos roles, cosa que Mick no aceptaba.
Cansado de ser molestado y hasta menospreciado por Mick, Charlie cuelga el teléfono sin contestarle y ahora sí decide dirigirse hacia la suite. Ingresa manso y tranquilo y enfila hacia Jagger, en medio de una orgía descomunal. Al ubicarlo, y sin mediar palabra alguna, le encesta un derechazo al rostro que lo desploma cual muñeco de trapo.
C* Yo no soy tu pequeño baterista, TÚ ERES MI MALDITO CANTANTE .
Con esa lacónica y decidida frase, se retira en paz del recinto ante la atónita mirada del resto de los integrantes del grupo, quienes con sus sonrisas cómplices legitimaron la respuesta del baterista, como aceptando y dándole la razón por su reacción.
K* Bah, se la tenía merecida…, exclamó por lo bajo Richards con un desprolijo aire de juez, jurado y verdugo.
La fiesta continúo como si nada, Mick estuvo knock-out por 10 minutos tendido en el piso. Por 2 días no pudo cantar porque le dolía mucho la mandíbula. Las relaciones en la banda continuaron como si nada, nadie mencionó el incidente. Pero hubo un cambio de actitud a partir de ese día de uno de ellos, que aprendió un poco de respeto y ubicación , así como de conocer sus límites y roles. Tal vez hizo falta que un canto rodado le de en la cara…

2`
Los Rolling stones comenzaron la gira mundial del año 2005 en Boston burlàndose del gobernador de California Arnold Schwarzenegger, que se encontraba entre el pùblico. "Tenemos aqui a alguna gente de california" dijo el cantante Mick jagger dando pie a los abucheos del pùblico que sabia de la presencia del maldito politìco. Mick agrego que esa gente habia venido a "vender gorras y camisetas", en alusion a los 100.000 dòlares que el ex actor hizo pagar a sus acompañantes para tener el privilegio de acudir en su compañia al concierto y asi financiar sus campañas polìticas. Varias personas apostadas en las entradas del estadio "Fenway Park" saludaron la presencia del gobernador con pancartas en las que, haciendo alusion a un tema de los stones decian "No tener simpatia por Arnold". Y tras semanas y semanas de polèmica el grupo no tocò la canciòn "Sweet Neo Con" que tiene claros insultos hacia los nuevos conservadores estadounidenses, afiliacion polìtica a la que pertenece el Ex Presidente George W. Bush.

3_
Mick Jagger, el vocalista de los Rolling Stones, contestaba con estas palabras a un periodista que le preguntó sobre su relación con los Beatles: "Entre ambas bandas había competitividad, pero amistosa. Los Beatles eran tan grandes que resultaba imposible competir con ellos. No hay comparación posible con nadie de ahora. ¡Eran más grandes que Jesucristo!".



4_
En 1967 cuando los Rolling Stones actuan en el programa de Ed Sullivan para interpretar su single "Let's Spend the Night Together", les obligan a cambiarlo por "Let's Spend Some Time Together".











5_
La famosa canción de los Rolling Stones "Ruby Tuesday", estaba en realidad compuesta por Keith Richards y Brian Jones, aún así, a Jones no le permitieron firmar el tema y la canción acabó siendo firmada por el tandem habitual Jagger-Richards.











6_
En la película Performance de 1970, Mick Jagger interpreta a una estrella del rock bisexual retirada. Otra de las protagonistas era Anita Pallenberg, quien por aquel entonces estaba saliendo con Keith Richards. En una de las escenas románticas, Pallenberg introdujo su lengua en la boca de Jagger y trabajó hasta conseguir ponerlo en acción, como pudieron comprobar los que se encontraban en el estudio. La escena subió tanto de temperatura que fue retirada del montaje final, aunque una versión sin cortes llegó hasta un festival porno de Ámsterdam, en donde logró uno de sus galardones.











7_
Dos groupies se acostaron con Brian Jones, guitarrista de los Stones. “Ha estado bien, pero no es lo mismo que con Mick Jagger”, fue su observación. Después, hicieron lo propio con Keith Richards. “Ha estado bien, pero no es lo mismo que con Mick Jagger”. Finalmente, pasaron la noche con Mick Jagger. ¿Su comentario? “Ha estado bien, pero no es lo mismo que con Mick Jagger”.











8_
Lo prometido es deuda, y "Sus Satánicas Majestades" hicieron presencia en ésta localidad del sur hispano después del plantón del verano pasado, al igual que en el resto de conciertos en España y en otros lugares de Europa, debido a problemas de Mick Jagger con su garganta.
Ya al ir llegando a la localidad por la autovía me llama la atención el titánico escenario que sobresale por encima de las gradas del estadio, toda una maravilla de la ingeniería de 28 metros de alto por 62 de ancho y 30 de fondo, y con una pantalla gigante de 14 x 15 metros (la más grande utilizada en conciertos), en el que en unas horas más tarde iba a tener el honor de presenciar uno de los mejores espectáculos (si no el mejor hasta el presente de mis días) de rock a cargo de la que es la mejor banda de este género en activo del planeta y que en sus más de cincuenta años de existencia ha sido una de las bandas referencia de todo grupo de rock que se precie.
Un cuarto de hora más tarde de lo programado, a las 22:45 salieron a escena Rolling Stones (comprensible después de ver la cantidad de elementos que se tuvieron que colocar en el escenario para el show), con un público ya calentado a cargo de Loquiillo y Los Trogloditas y los australianos Jet. Lo hicieron después de sendos coetazos de salida (simulando el big-bang que da título a su último trabajo y al tour retomado este año) y, como no, con su gran "Start me up", que puso a toda la gente de grada y tribuna de pié para no volver a sentarse en toda la actuación. Siguieron con otros grandes éxitos como "Let´s spend the night together", "Rough Justice", y "Rocks off", con Mick Jagger paseándose por todo el escenario y sus pasarelas laterales.
Tras los temas anteriormente citados Mick Jagger pide disculpas al respetable por la ausencia del pasado año recibiendo una cálida ovación por parte de éste y retoma la actuación con "Ain´t to proud to beg", y la versión "Ruby Tuesday", seguidas de "Streets of love" y "Midnight rambler", durante las cuales Jagger hizo juegos vocales con el público.
La nota nostálgica de la noche la dio la interpretación del tema "I´ll go crazy" de James Brown, todo un tributo a este genio del soul fallecido no hace mucho, para posteriormente presentar a la banda, de la que el bajista Darril Jones ya es uno más después de todos estos años con ellos. A continuación descanso para Mick Jagger, en el que un "piratesco" Keith Richards a la voz y guitara acompañado de Ron Wood interpreta la bluesy "You got the silver" y "Wanna hold you".
Seguidamente empiezan a sonar los primeros acordes de "Miss you" y Jagger regresa a escena, cuando de repente, en el transcurso del tema, la plataforma sobre la que está la banda, se eleva por medio de un sistema hidráulico, y va, recorriendo los 50 metros de pasarela, hacia una base situada en medio del público sobre la que la banda desplegó la parte fuerte del show con temas tan emblemáticos como "It´s only rock´n´roll", "Satisfaction" y "Honky tonk women" que marcaba su regreso al escenario, donde una enorme boca con lengua afuera los esperaba para la recta final.
Tras unos segundos de oscuridad, unas congas y dos llamaradas en la cima del escenario dan pie a "Sympathy for the devil" con gran acompañamiento por parte del público, para dar paso a otro de sus temas más "oscuros", como es "Paint in black", para luego terminar su actuación con "Jumpin´ jack flash" y ofrecer como bis "Brown sugar", despidiéndose como en los grandes eventos, con un gran espectáculo pirotécnico.
Como dijo el César "Vini, vidi, vinci". Los Rolling Stones ofrecieron un gran espectáculo en todos los aspectos (como ya nos anunciaban ellos mismos semanas antes), demostrando durante dos horas de show y ante 30.000 personas (no hubo lleno, como en sus otras actuaciones españolas) que estos abuelos del R´N´R tienen todavía cuerda para una temporada, tanto es así, que el menda se atreve a decir que no me extrañaría que, como los auténticos cowboys, mueran con las botas puestas.
Por último es incomprensible, el trato dado a los fotógrafos de los medios acreditados por parte del equipo de producción adjunto a la banda, ya que se les impidió el paso al estadio hasta momentos antes de la actuación de Rolling Stones, habiendo permanecido al principio de la tarde durante más de una hora aislados tras una valla hasta que se les informó de tal decisión. Lamentablemente, mientras más importante es el grupo, más trabas se le ponen a los medios para realizar su trabajo, es toda una realidad.









9_

Pese al título de este libro, Ronnie Wood no se hace parte de los Rolling Stones sino hasta después de la página 100. Las Memorias de un Rolling Stone son, también, las de un músico que llegó a esa banda luego de un largo oficio en otros grupos, el más importante de los cuales fue The Faces, la banda con Rod Stewart en voz que hizo del mod-rock y de la destrucción de hoteles dos caras de un mismo arte. Incluso antes de salir por primera vez de gira con Mick Jagger y Keith Richards, Wood ya ha contado un sinfín de anécdotas con el quién-es-quién del rock de los 60: con Marc Bolan sale a comprar ropa por Londres; de Jimi Hendrix recibe un perro de regalo; a Eric Clapton le levanta la novia; y con Rod Stewart encuentra «un alma gemela», en gustos musicales y de moda («en aquella época, dos tipos con el mismo peinado no tardaban mucho en congeniar»). Wood vive el momento adecuado en los lugares correctos, y es lógico que quiera contar tanta privilegiada anécdota en una autobiografía, por precaria que sea su redacción y limitado que resulte el análisis. Cuando era parte del Jeff Beck Group, por ejemplo, John Bonham, Robert Plant y John Paul Jones lo convocaron a una reunión para ofrecerle incorporarse a un nuevo grupo. «No, gracias. Estoy muy bien donde estoy», les respondió el guitarrista. El trío ubicó entonces a Robert Plant y dio inicio a Led Zeppelin.
La ley rockera establece que «si recuerdas los 60 es porque no estuviste allí», y a Ronnie Wood, un alcohólico incurable que en el libro confiesa haber pasado gran parte de su vida en una nebulosa, puede perdonársele que casi todas sus anécdotas dejen con gusto a poco. Por fuera de la música, hay aquí encuentros con Groucho Marx, Peter Sellers, Muhammed Ali, Bill Clinton y John Belushi, pero apenas se esbozan rasgos de sus personalidades. Memorias de un rolling stone es un libro que prefiere cantidad por sobre calidad, y que pasa rápida revista a varios hitos que cualquier fan de los Stones quisiera conocer mejor, como las circunstancias de grabación de ciertos discos (Wood ni los menciona, y prefiere, en cambio, dar detalles sobre la organización de cada gira). El guitarrista se detiene algo más en su relación con Keith Richards, y ofrece una interpretación elocuente del ensamblaje eléctrico más inoxidable del rock’n roll:
«Tocar con Keith, sobre todo en el escenario, ha sido siempre una experiencia única para mí. Cuanto más toco con él, más cuenta me doy de que él y yo compartimos la misma confianza interior. Esa confianza nos permite alcanzar reinos asombrosos [...]. El “riff humano” y yo llevamos esa complicidad hasta un nivel superior, y ahora la aplicamos siempre. Requiere mucha concentración, porque es un constante tira y afloja, pero aún tenemos capacidad de sorprendernos el uno al otro, y es por eso que nos encanta salir de gira. La interacción entre nuestras guitarras es una aventura continua que procede, en gran medida, de la necesidad de crear una imagen sonora de las canciones tal como se compusieron en el estudio a fin de recrearlas luego en el escenario».
Un matrimonio de 23 años de duración no es impedimento para que Wood relate sabrosos romances, incluyendo el que tuvo con la, a estas alturas legendaria, Pattie Boyd (la mujer que dejó a George Harrison por Eric Clapton, inspirando dos temas clásicos de cada uno) y, cómo no, el increíble escarceo con la esposa del Primer Ministro canadiense, Pierre Trudeau (no alcanzó a incluirse en el libro su escandalosa escapada reciente con una chica rusa 43 años menor que él). Wood es franco cuando habla de drogas, y combina en ese relato el patetismo de un hombre esclavizado por su adicción con la gracia de un rocanrolero que hace de su oficio una licencia. Ambos lados, están en esta elocuente anécdota:
«Envueltos en aquel ambiente de drogas que los rodeaba, era inevitable que nuestros hijos se dieran cuenta de algo [...]. En una ocasión Jamie vio a alguien tirado en el sofá que le resultaba familiar, y tras fijarse mejor, se dio cuenta de que era Christopher Reeve, totalmente hecho polvo. Fue corriendo a buscarnos, y me gritó: “Has destruido a Superman”. Dábamos tantas fiestas en casa».
Memorias de un Rolling Stone es el recuento de esa fiesta infinita, del derroche obsceno y del acceso al Olimpo social que antes suponía el éxito en el rock, y que hoy se recorre como un gracioso texto de historia ya extinta.


10_

El riff de la cancion de los Rolling Stones (Satisfaction) llego a Keith Richards en un sueño en mayo del 65 mientras dormian en un hotel de florida en una parada de la tercera gira por los estados unidos de los Rolling Stones.


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